lunes, 6 de marzo de 2017

El día triste de la bestia (continuacion)

Un silencio incómodo se hizo presente hasta que mi celular sonó, lo saque de mi bolsa y mire el remitente, era de Carlos seguramente para burlarse y colgué, puse el celular en modo vibrador y lo avente a mi mochila, tome un respiro y dije,
-A usted que le pasa señor.
Un poco desconcertado por el silencio anterior, el caballero dio un profundo respiro y ajustó su saco,
-El día de hoy nada (exclamo) -Son mis recuerdos los que me perturban.
Sin entender muy bien a lo que se refería,  le pregunté,
-¿Que fue lo que paso?.
La intriga me consumía,  note claramente como su cara se torno molesta, sus manos se apretaron fuerte, miro al cielo y casi pude notar una lágrima salir de sus ojos, una sensación extraña inundó la atmósfera co  un sentimiento de traición y dolor, por un momento sentí que odiaba todo.
Sus ojos comenzaron a tener una tonalidad roja, cada que exhalaba  aire de su nariz salía una especie de humo y el aroma a azufre se hizo más fuerte.
-El me traicionó (dijo mientras sus hombros se relajaban)
-¿Quien? (Pregunté con indignación)
-No importa su nombre no lo quisieras saber (dijo indignado) -Lo importante es lo que me hizo (bajo la cabeza y me miró a los ojos)
-yo solía ser su mano derecha, ayudaba con todo, me encargaba de cuidar y proteger sus creaciones (dijo con mucho odio) -Pero el se enamoró de su trabajo y comenzó a descuidar nuestra amistad, paso el tiempo y parecía que yo no importaba en su vida, desprecio mi trabajo, mis consejos los transformaba en ofensas, quedo ciego ante su creación que no percibía el mal que estaba haciendo, dejándome una sola opción.
Respiro profundo y con un susurro lanzó la siguiente frase,
-Destruir lo que más amaba!
Asustado me sentí intrigado de la llamada "creacion" y le pregunte a que se refería.
-No lo entenderías chico (dijo) -Es más complicado de lo que cres .
Aunque no me gustó su respuesta le dije que continuará con su anécdota.
-Aún no se como pero el descubrió mi plan y me retiro de mi cargo, no podía creerlo, tanto tiempo de fidelidad y me destrono,  los celos se apoderaron de mi, no podía creer como el podía amar más a esas criaturas que a mi, haci que tome la decisión de atacarlo, guiado por toda la ira que sentía, como era obvio no pude contra el y me castigo de la manera mas cruel posible, me arrojó lo más lejos posible sin posibilidad alguna de volver.
La historia se torno bastante confusa, realmente había bastantes dudas, pero antes de aclararlas me dediqué a controlar el estado emocional de aquel hombre. Puse mi mano sobre su hombro y dije,
-De seguro esa persona sigue pensando en ti,  mi madre siempre dice que el orgullo nos hace odiar, y nos confunde tanto que sentimos que nadie nos ama, pero muy adentro sabemos que es mentira.
El hombre clavo su mirada en la mía y dijo,
-Ya veo, realmente existe bondad aquí.
Cuando dijo eso, un sonido a lo lejos llamó mi atención, era una calandria , tirada por dos grandes caballos negros, el caballero se levanto y se subió a la calandria, a todo galope los caballos se perdieron en la obscuridad de esa noche sin luna, es fecha que no entiendo que paso, pero estoy seguro que aquella era una historia de amor y despecho.


Ezequiel 28:14-15

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